“Liubliana es la conjura de los sentidos, un pasadizo oculto, un acuerdo amistoso entre el ayer y el ahora. Liubliana es el pasado dentro del presente.”
Eduardo Sánchez Rugeles
Liubliana
Una de las experiencias más bonitas que brindan los viajes, es la oportunidad de conocer personas maravillosas, con las que en circunstancias normales jamás te encontrarías. En Salzburgo, compartí habitación con Lucy, una linda escocesa que estaba celebrando su cumpleaños.
Durante los días que permanecimos en la ciudad, comentamos los planes que cada una de nosotras tenía para continuar su viaje. Le platiqué que mi próximo destino sería Liubliana, capital del vecino país de Eslovenia, y ella me comentó que aunque su ruta aún no estaba trazada, también tenía muchas ganas de visitarla. De inmediato decidimos que emprenderíamos el viaje juntas.
Salimos de la estación de trenes de Salzburgo y avanzamos a través de los Alpes Bávaros, que dominaban un paisaje primaveral, a ratos cubierto de nieve.
Lucy y yo teníamos reservaciones de hospedaje en diferentes lugares, así que nos separamos a unos pasos de la estación y prometimos reunirnos al día siguiente. Me dirigí hacia mi hostal, convenientemente cerca de la Plaza Prešeren, que representa el centro urbano de la pequeña capital de Eslovenia.
La ciudad de Liubliana es la más grande del país, pero me atrevo a decir que una de las más pequeñas entre las capitales europeas. No por esto, carece de belleza y distinción, ni deja de posicionarse como una de las más habitables del continente. Recientemente, le fue concedido el codiciado título de Capital Verde de Europa, por las medidas tomadas en pro del medio ambiente. El tránsito vehicular está restringido en el centro, dejando las frondosas orillas del río Ljubljanica, que fluye a través del corazón de la ciudad, libre para los peatones y ciclistas.
Rodeando la circular Plaza Prešeren, el panorama es dominado por el tono rojizo de la fachada de la Iglesia franciscana de la Asunción, uno de los templos barrocos más destacados de la ciudad.
El interior, ornamentado con motivos dorados, consta de una gran nave prolongada con el coro, rodeada de pequeñas capillas que oscurecen el ambiente a causa de las pinturas que cubren las ventanas de los altares.
Casi frente a la iglesia, se levanta el Tromostovje o Puente Triple, sobre el afluente del río Ljubljanica, que atraviesa la capital eslovena. Se trata de tres andadores que distribuyen el flujo peatonal hacia las principales arterias de la ciudad, trazadas a partir del diseño conocido como “plato roto”.
Son varias las teorías formuladas sobre el origen del nombre de la ciudad, pero mi favorita es la que sugiere que deriva de la palabra eslava luba, que significa “amada”. Así, la ciudad amada posee el encanto tradicional de Europa, y la vida cotidiana discurre en sus estrechas calles empedradas, que convergen en uno de los tantos puentes que conectan la ciudad.
El Mercado Central parece ser el centro del ajetreo, situado a orillas del Ljubljanica, es fácilmente reconocible por ser un gran edificio de piedra blanca con arcos de medio punto, y representa uno de los mayores monumentos culturales de importancia nacional. Ahí se venden quesos, carnes y pescado fresco; pero también pueden degustarse mariscos fritos en los locales al aire libre que se encuentran a un lado.
También vale la pena visitar el Mercado al Aire libre, en la Plaza Vodnikov, donde los agricultores comercializan directamente sus productos de origen orgánico, que llenan de color la explanada más importante de la ciudad.
Cerca de ahí, hay una calle empedrada que conduce hacia el empinado ascenso al gran Castillo de Liubliana (Ljubljanski grad). Coronando una colina de 375 metros de alto, conocida como la “colina del castillo”, esta fortificación medieval ofrece una magnífica e incomparable vista de la ciudad. La manera más práctica de subir es por medio del funicular, que se toma en la base de la colina, accediendo a través de la plaza de la Vodnikov trg, o plazuela de Vodnik, a unos pasos de la calle de Študentovska, donde comienza el senderismo hacia la colina.
Ya en la cima, dentro del Castillo se exhibe permanentemente una serie de colecciones. La exposición “Historia de Eslovenia” (Razstava Slovenska Zgodovina), es una interesante y bien presentada exposición interactiva sobre la historia de Eslovenia a través de las edades, que va desde la más temprana época romana, a través de la Edad Media, el siglo XIX, la Primera y Segunda Guerra Mundial, y terminando con la socialista Yugoslavia y la independencia.
Aunque fue construido en los siglos XVI y XVII, los restos arqueológicos demuestran que el lugar ya era habitado desde tiempos antes de Cristo. Con el paso del tiempo, se ha ido reformando, habiéndose convertido actualmente, en la interesante sede de convenciones, exposiciones temporales y eventos, con cafetería, bares y una enorme terraza con una panorámica incomparable.
La torre de vigilancia del siglo XIX está ubicada en el lado suroeste del patio del castillo. El ascenso a la cima es a través de una doble escalera de hierro forjado que cuenta 95 escalones desde el nivel del museo. El paseo por las murallas es la recompensa al esfuerzo físico, al contemplar las vistas del casco antiguo y el otro lado del río Ljubljanica, además de las cumbres de los Alpes, visibles casi en cualquier época del año.
Situada por debajo de la torre de vigilancia, en un pequeño tramo de escaleras, sobresale la Capilla de San Jorge (Sv Kapela Jurija), uno de los restos más antiguos conservados del castillo, que data de 1489. Está cubierta de frescos y los escudos de armas de los Duques de Carniola.
Al caer la tarde, las calles de Liubliana se llenan de movimiento, y la gente discurre en las plazas, puentes y calles, donde el frío no es impedimento para comer un helado, ir por una cerveza o tomar un buen vino.
En las afueras de la ciudad, a 50 km. de Liubliana, se encuentra Bled, una pequeña localidad con un paisaje extraordinario. Eslovenia posee solo una isla y por su peculiaridad, es la más atractiva de Europa. Se trata de una pequeña iglesia dedicada a la Asunción, situada en el corazón de un islote en medio del lago Bled. El conjunto reina entre las pintorescas montañas de lo protegen y constituyen el símbolo del lugar.
Atraída por la increíble variedad de tonos azules y verdes que llenan el cielo, las aguas y el panorama de Bled, fue que quise visitar este país. Llegaron a mí, imágenes de este paisaje de ensueño y estando tan cerca, no quise desaprovechar la oportunidad de visitarlo.
De acuerdo con Lucy, nuevamente, planeamos vernos en la estación de tren, de donde parten también los autobuses locales. Bajo una lluvia copiosa, los cafés humeantes de esa mañana, llenaban los andenes y las marquesinas del edificio, donde nos resguardábamos todos para esperar la salida.
Al llegar a Bled, luego de luchar en vano con abrigos e impermeables, derrotadas, emprendimos la marcha cuesta abajo hasta llegar hasta el lago, envuelto en una niebla espesa que no tenía otra tonalidad, más que gris.
La decepción en ambas fue evidente, aunque una calma eventual, despejó la visibilidad y nos permitió apreciar la isla en el lago que, aún sin su azul característico, mostraba una belleza sin igual. Sin embargo, me quedé con ganas de visitar Bled en mejor temporada, cuando sus colores inundan los sentidos, o tal vez solo necesito un pretexto para volver algún día.
Cuando el torrencial se desató de nuevo, corrimos a guarecernos a una cafetería junto al lago, que ofrece increíbles vistas del lugar. No fuimos las únicas que buscábamos refugio y, mientras tomábamos un café para entrar en calor, nos acompañó un pajarito que eligió una silla en nuestra mesa para posarse mientras pasaba la lluvia.
Nos dedicamos a disfrutar el momento, con una de esas pláticas que uno tiene con personas que apenas conoce, pero que parece que ha conocido toda la vida. La música ambiental en la cafetería ofrecía una gran variedad de géneros y ritmos, y en algún momento de aquel día en Bled, oímos la canción “Umbrella”. Justo lo que necesitábamos.
Qué hermosas fotos!! Qué bonita experiencia en una ciudad tan linda como Liubliana! Yo fui ahí este año con un bus de estudiantes y me enamoré totalmente ❤ No tenía expectativas de nada porque pensé que sería igual a todas estas ciudades (incluso como Zagreb) pero fue un viaje muy sorpresivo. Muchas gracias por tu post! Saludos 🙂
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Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que hayas disfrutado esa ciudad tan linda, y que te haya gustado mi post. Saludos 🙂
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Muy bonito tu post! He estado allí recientemente y como siempre, Ljubljana sorprende a los viajeros con su encanto, tan pequeña y a la vez repleta de sitios fascinantes.
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Muchas gracias por leerme. La verdad es que es una ciudad muy linda. Un abrazo, viajero.
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estupenda aportación cultural, me encantó esta ciudad 🙂
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Muchas gracias, me alegra que te haya gustado mi post. La ciudad es muy hermosa. Saludos.
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Me encantó tu narración,pienso viajar en octubre y tu descripción de Liubliana me ha servido mucho
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Hola, María. Muchas gracias por leer mi publicación y por dejarme tu comentario, me alegra mucho que te haya gustado y que te haya sido útil para tu próximo viaje a Liubliana. ¡Feliz estancia!
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Que lindas fotos y muy interesantes tus comentarios
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Yo me voy a México durante 41 días, has ido? Algún consejo? Si te interesa mi aventura sigue mi blog mevoyamexico.wordpress.com dónde explico trucos para vuelos baratos y los pueblos que voy a visitar.
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Yo soy de México. Espero que disfrutes mucho tu viaje por mi bello país. Si necesitas algo, me encantará ayudarte.
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