Hanói, la ciudad entre dos ríos

En las animadas calles del centro de Huế, habíamos buscado la mejor opción de entre la infinidad de ofertas para dejar el centro del país y dirigirnos hacia Hanói, la actual capital de Vietnam. Junto con las abundantes ofertas para comprar mariguana, por parte de individuos distribuidos estratégicamente en las esquinas cercanas a los bares repletos, en su mayoría, de australianos, también encontramos una agencia de viajes que mantenía sus puertas abiertas más tarde de lo normal. Ahí adquirimos boletos para el sleeping bus, una modalidad de autobús desconocida para mí, hasta ese momento.

Al día siguiente, por la tarde, cuando habíamos de emprender el largo viaje, nos dimos cita en el lugar donde el autobús llegaría a buscarnos. Éramos todos extranjeros, menores de 30 años y con mochila al hombro. «So far, so good», pensé.

Mientras esperábamos, se nos acercó un hombre alto, corpulento, de treinta y tantos, con fotografías en la mano, ofreciéndonos un hotel en el corazón de la ciudad de Hanói. En débil inglés nos explicaba las ventajas de reservar con él desde ese momento para que, al llegar en la madrugada, un conductor nos estuviera ya esperando y nos llevara a descansar. Parecía atractivo, y más cuando nos aseguró que no habría necesidad de pagar nada por ahora, sino una vez que llegáramos a la recepción.

Accedimos, junto con un nutrido grupo mixto de argentinos que también viajaron en el autobús. Éste llegó, y se nos otorgaron unas bolsas de plástico amarillas, donde habríamos que guardar los zapatos que traíamos puestos, a fin de no «perfumar» el ambiente. El interior consistía en 3 filas de asientos colocados a plan de suelo, separados entre sí por dos pasillos estrechos. Cada respaldo era capaz de reclinarse casi por completo, de no ser por un espacio cóncavo en ángulo agudo, dispuesto para que el pasajero de atrás pueda cómodamente estirar los pies.

Emprendimos, pues, el largo camino hasta Hanói. Paramos, primero, en un comedor donde solo servían fideos. La cháchara de los tripulantes finalmente cesó, y el ruido del motor nos adormeció a todos. Algunas horas después, algunas voces provenientes de fuera me despertaron; noté que el autobús no avanzaba y, al preguntar, nos informaron que había alguna especie de bloqueo. Debimos llegar a las 6 y media de la mañana, y eran casi las 10 cuando arribamos a la ciudad.

Como habíamos acordado, había alguien esperándonos para llevarnos directamente al hotel Hanói Wing. Ahí, con el desvelo y todo, nos insistieron en reservar un recorrido con ellos. Argumentamos cansancio y prometimos que lo consideraríamos más tarde. (Esta historia continuará).

Un animado Hanói nos esperaba, y salimos a recorrer sus caóticas calles, llenas de 5 millones de motocicletas (casi una por habitante) que, junto con los peatones y demás vehículos, se conducen frenéticamente sin semáforos y sin el más mínimo sentido de educación vial.

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Tráfico en Hanói

El caos es evidente en cada rincón hacia donde se mire. Pero esta desorganización dota a Hanói y a Vietnam en general, de cierta autenticidad. Y es esa, precisamente, la que uno anhela encontrar en cada lugar que visita.

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Vietnam Telecom

Dado que Hanói es la capital del país, es considerada uno de los principales centros culturales de Vietnam, y conserva aún muchos monumentos de interés histórico y cultural. Incluso cuando la capital fue trasladada a Huế en 1802, durante el reinado de la dinastía Nguyễn, la ciudad siguió floreciendo, especialemente tras la llegada de los franceses, quienes modelaron la arquitectura de la ciudad según sus gustos, dejando un rico patrimonio, que ha logrado conservar durante los últimos cientos de años.

Un buen ejemplo de esto es el templo Ngọc Sơn, asentado sobre un islote al centro del lago Hồ Hoàn Kiếm. Cuenta la leyenda que el Cielo envió al emperador Lê Lợi una espada mágica que usó para dirigir a los chinos de Vietnam. Después de la guerra, una tortuga de oro gigante tomó la espada y desapareció en las profundidades para devolver la espada a sus propietarios divinos, inspirando el nombre de «Lago de la espada restaurada».

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Lago Hồ Hoàn Kiếm y el puente Huc

El templo más visitado de Hanói está conectado la orilla del lago a través del puente Huc, de color rojo, construido en estilo vietnamita clásico.

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Acceso al templo Ngọc Sơn

Rodeado de agua y la sombra de los árboles, el pequeño templo está dedicado al general Trần Hưng Đạo (que derrotó a los mongoles en el siglo XIII), La To (patrona de los médicos) y el erudito Van Xuong. En su interior se encuentran algunas cerámicas finas, un gong o dos, algunas campanas antiguas y una caja de cristal que contiene una enorme tortuga disecada que, se dice, hubo pesado unos 250 kg.

En lo personal, el mayor atractivo de este templo no son ni la tortuga, ni el templo, sino la belleza que rodea a la pequeña isla, en donde propios y extraños se concentran a contemplar la vida desde su propia perspectiva.

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Vietnamitas y juego de mesa en la isla del lago Hoàn Kiếm

Cerca del lago Hoàn Kiếm, se encuentra el teatro Thăng Long, que ofrece dos funciones diarias del «espectáculo de las marionetas de agua». Se trata de una de las tradiciones más antiguas de Vietnam, que se originó en el siglo XI, en las aldeas cercanas al delta del río Đồng bằng sông Hồng en el norte del país, que inundaba los valles de arroz y con esto encontraron una forma de entretenerse.

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Teatro Thăng Long de las marionetas de agua

Las marionetas de hasta 15 kg. de peso están hechas de madera tallada y lacada, y son manipuladas simultáneamente hasta por 8 titiriteros, que se ocultan detrás de una cortina de bambú, a especie de telón. El espectáculo tiene lugar en una pequeña alberca poco profunda, lo que da la impresión de que las marionetas se mueven libremente sobre el agua, mientras una orquesta acompaña con música y canciones tradicionales.

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Marionetas de agua, hechas de madera lacada

El tema de las escenas tiene una fuerte relación con el folklore vietnamita; habla de día a día que se vive en zonas rurales de Vietnam y los cuentos populares y leyendas que se transmitieron de generación en generación: historias de la cosecha, de la pesca y de los festivales más representativos, así como un poco de la historia del país que, a menudo, tienen un toque humorístico.

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Espectáculo de las marionetas de agua

Las filas con varias horas de anticipación frente al teatro Thăng Long, no son suficientes para anticipar la belleza del espectáculo del que disfrutamos los asistentes. Sin duda, uno de los mejores que he visto.

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. andorreando por el mundo dice:

    Gracias por el post hemos tomado nota sera uno de nuestro proximo destino de viaje junto con Laos y Camboya. Saludos…

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    1. Gema Karina dice:

      Espero que disfruten mucho su viaje por esos lugares tan hermosos. A su regreso, estaré por aquí leyendo su propia experiencia. Saludos.

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