Próximo destino: el sureste asiático

Nunca planeamos nuestras próximas vacaciones con mucha anticipación. Llegado el momento, elegimos un destino que más se adapte al tiempo que tenemos disponible y, de preferencia, que no represente muchas complicaciones migratorias.

Estando en Alejandría, decidimos que ya habíamos tenido suficiente de Egipto y del Medio Oriente; al menos, por el momento. Así, sin más, con café sobre la mesa y en menos de lo que tarda el llamado para la oración en la mezquita, convenimos que pasaríamos los próximos 3 meses viajando por el Sureste Asiático. En ese mismo momento, planeamos un itinerario y nos encaminamos a comprar dos pasajes hacia Kuala Lumpur, la capital de Malasia, y primer punto de llegada hacia nuestra próxima aventura.

A los pocos días, ya estábamos en el Aeropuerto Internacional de El Cairo, documentando equipaje y aguardando nuestro vuelo.

Cairo
Aeropuerto internacional de El Cairo

La espera fue emocionante, pues nos dirigíamos a un lugar completamente desconocido, en donde ni mi español, ni el árabe de Abdallah ni el inglés de ambos eran la lengua predominante. Íbamos a contemplar vestigios de otras culturas, a admirarnos con los ritos de otras religiones y a intercambiar sonrisas con la calidez y hospitalidad de otra gente. ¡Al fin! Se abrió la puerta de embarque y abordamos el Airbus A320 de Etihad Airways que nos llevaría primero hacia Abu Dhabi, donde habríamos de hacer una conexión, antes de llegar a nuestro ansiado destino.

Abu Dhabi
Avión de Etihad Airways hacia Abu Dhabi

Salimos de El Cairo a media tarde y llegamos a Abu Dhabi a media noche (porque hay que sumar la diferencia de horas). El aeropuerto es grande y ofrece grandes comodidades a quienes tienen que hacer conexiones largas como nosotros, que hubimos de esperar hasta las 5 de la mañana para nuestro próximo vuelo. Cuenta con una red inalámbrica de libre acceso a internet ¡que sí funciona! a diferencia de otros aeropuertos donde hay que registrarse primero con el correo electrónico o el número de teléfono celular, para al final obtener acceso solo por 15 minutos o media hora, o a veces nada. El área de comida ofrece varias opciones de cocina internacional y las tiendas Duty Free brindan precios muy competitivos y grandes descuentos, sobre todo en el área de electrónica.

Mientras esperábamos y evitábamos quedarnos dormidos en las salas de espera del aeropuerto, me dediqué a observar con curiosidad a la gente que recorría los pasillos: en su mayoría atractivos hombres de negocios emiratíes o saudíes, vistiendo thawb (la túnica que caracteriza el vestir de los hombres de la península arábiga) y finísimos kufiyyat de seda de algodón en la cabeza. Algunas veces, acompañados de alguna mujer con la cara cubierta por el niqab y vistiendo abaya negra, de presencia casi imperceptible, de no ser por el taconeo de sus zapatos Louboutin de suela roja, o el «audaz» estampado de su bolso Gucci.

Abordamos el segundo avión, mucho más grande que el primero, y las siguientes 9 horas a bordo fueron muy agradables, con un sistema de entretenimiento muy completo que incluía varias películas recién estrenadas, series de televisión, documentales y música; y en todo momento la atención fue esmerada por parte de la tripulación que, en conjunto, hablaba más de 8 idiomas.

Alrededor de las 3 de la tarde (de la zona horaria correspondiente) comenzamos a sobrevolar los alrededores de la ciudad de Kuala Lumpur, e iniciamos el descenso a través de la abundante vegetación que cubría el terreno artificialmente forestado, en su mayoría, por palmas de coco.

Kuala Lumpur
Vista aérea de los alrededores de Kuala Lumpur

Ya en tierra, el piloto anuncia nuestro arribo y nos da la bienvenida al Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur, nos indica en qué banda hemos de recoger el equipaje e iniciamos el tortuoso proceso de avanzada hacia la puerta del avión. Una vez que atravesamos el túnel, nos detuvimos a contemplar el diseño sustentable de la terminal aérea, que antepone el concepto de que la arquitectura debe integrarse al paisaje natural y no al revés.

Kuala Lumpur
Aeropuerto internacional de Kuala Lumpur

Todo indicaba que nos encontrábamos muy lejos de casa, que las cosas eran muy diferentes aquí, donde ya no había extravagantes personajes sino que reinaba la simplicidad, esa que caracteriza a esta región del mundo, donde todo parecía indicar ¡que ya estábamos en el sureste de Asia!

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Franco dice:

    Me encantaría viajar al sudeste asiático pronto. Ya veremos. Gracias por seguir mi blog también, espero que lo sigan disfrutando

    Me gusta

    1. Espero que lo hagas pronto, es hermoso. Aunque yo también quisiera visitar esa parte de Asia que relatas en tu blog. Saludos.

      Me gusta

Deja un comentario